El Tribunal de Casación Penal bonaerense consideró que la defensa ya había aportado prueba que acreditaba que el niño había sido víctima de abuso (circunstancia que había impulsado al imputado a cometer el homicidio de un vecino), por lo que la reproducción de un audio grabado por el psicólogo del menor solo buscaba “generar un efecto emocional que deje de lado el examen racional de la prueba practicada en el juicio”.